El Parque del Barrio

Espacios públicos activos - la ciudad paralela-

 

La gran mayoría de centros urbanos de Latinoamérica cuenta, desde su fundación, con una plaza o parque alrededor del cual se establecieron funciones básicas para el resto de la ciudad.  Los parques o plazas siguen siendo, en aquellos centros que mantienen cierta dinámica social-comercial, puntos de convergencia, y por lo tanto de encuentro, discusión e información. El espacio público, en general, da coherencia a la experiencia urbana; esa ha sido una de las grandes lecciones de los centros históricos donde aún hay parques. Sin embargo el parque por sí solo no resuelve nada, necesita de una serie de condiciones propias y a su alrededor para darle beneficios a quienes lo visitan. Lastimosamente, con el crecimiento expansivo de nuestras ciudades, se han planteado espacios públicos que acaban siendo objeto de vandalismo, o que terminan en completo abandono debido a problemas de ubicación, escala, diseño, etc.

Al menos en Costa Rica, en muchísimas urbanizaciones el “parque” suele ser el lote más inaccesible, cerca de una quebrada (probablemente contaminada) o “guindo” y prácticamente escondido. Además suele insertársele un “play” (playground) que después del primer invierno se oxida o se pudre y al que eventualmente nadie vuelve, especialmente porque los niños crecen y al parecer ellos eran la razón de que existiera. Como nadie va, y nada sirve (ni las luces, si alguna vez hubo) se vuelven lugares que se prestan para lo que sea, literalmente. Los vecinos terminan cerrandolos con malla y portón (la opción más barata y hermética que encuentren) y dándole llave al “wachi” y a algún miembro de la “Junta”.

No existe razón para que un espacio público sea un lugar de recreación y encuentro si se encuentra arrinconado donde a todos les queda lejos y además existen riesgos. Ni siquiera estoy seguro de que a eso se le pueda llamar “área de esparcimiento” pero es un requisito legal que esté, y precisamente ese el problema. Las leyes de nuestro país exige un porcentaje de áreas, ya sea de bosque, “juegos infantiles”, y facilidades comunales (no recuerdo si hay otras) para poder “urbanizar” un terreno. Desgraciadamente para quienes “urbanizan” solo importa sacarle plata al lote. En resumen, vender y que el que compre luego vea qué pasa. Resulta más rentable, y por lo tanto atractivo, ubicar los espacios públicos en los lotes menos privilegiados (más baratos) sin importar qué pasa alrededor, cómo llego a ellos, ni que hay en ellos; cumplir la ley es lo que importa.

Por otro lado, los espacios públicos de la ciudad expansiva, y por lo tanto de los suburbios (urbanizaciones) se plantean en función únicamente de los niños. Talvez haya una banca para quienes los cuiden, pero eso no lo hace un lugar atractivo. ¿Por qué en un barrio, nosotros adultos, no tenemos derecho a disfrutar del parque, o a tener un lugar de encuentro donde no haya que pagar para poder estar? Lo peor de esto es, que cada vez más, los adultos de nuestro país creemos que el espacio público es para los niños o para los vagos. Somos una sociedad que envejece y  que si se queda encerrada en las jaulas que habitamos nos vamos a terminar volviendo locos.

Precisamente por estar encerrados es que ya algunos no valoran la oportunidad que representa un parque. Por estar encerrados es que los “antisociales” y vándalos se apoderan de los lugares que en teoría son para todos. ¿O acaso ustedes se sienten más seguros en los espacios más solos? Los espacios de encuentro en las ciudades, son generalmente los más seguros. No tiene sentido hacer daño cuando sobra quién lo agarre. Se genera entonces un círculo vicioso: nadie sale, la calle queda “sola”, empiezan los robos, nos enjaulamos y vamos de nuevo. Y la calidad de vida al suelo…

Un buen parque o espacio público en un barrio, como pocos hay, es un lugar para todos. Es donde podemos saber quiénes son los vecinos; donde se  puede ir si se está cansado de estar en la casa; donde se puede tomar el sol, leer, y por qué no jugar. No sería un espacio público si no vemos gente con condiciones diferentes a las nuestras, del tipo que sean. Es un lugar al que llegar no implica riesgos y donde si me pasa algo hay gente que pueda ayudar. Además es un espacio de formación, de socialización, de información, etc. Es la oportunidad para hacer eventos que hagan comunidad y que nos saquen de la rutina. Son los lugares donde realmente somos ciudadanos y formamos parte de una sociedad. De espacios para todos seguiremos hablando.

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